diciembre 22, 2024

PROYECTO PARA DECLARAR A JUJUY CAPITAL NACIONAL DEL DESARROLLO SOSTENIBLE

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El diputado nacional Jorge «Colo» Rizzotti  (UCR) ingresó a la Cámara de Diputados de la Nación su proyecto de ley para declarar a Jujuy como Capital Nacional del Desarrollo Sostenible con el llamado a la acción climática como argumento inicial y «urgente», y en ese sentido destacó que «Jujuy es una de las provincias que más ha trabajado en la lucha contra el cambio climático y el desarrollo sostenible». «La provincia sostiene una identidad asociada a la cuestión ambiental, basada en las nociones de integridad y reciprocidad que nos da la relación con la Pachamama: la Pacha brinda posibilidades para el buen vivir, y le retribuimos con respeto y cuidado, lo que asegura, a la vez, territorio sano y trabajo para hoy y para las generaciones que vienen», valoró el diputado.

Los fundamentos del proyecto de Rizzotti, que acompañaron las diputadas Josefina Mendoza y Gabriela Burgos y el diputado Osmar Monaldi, destacan desarrollos desde políticas públicas de Jujuy referidas a: energías renovables, generación distribuida, viviendas sociales eficientes ya habitadas y ahorrando, gestión integral de residuos sólidos urbanos (GIRSU), desarrollos para baterías y electromovilidad desde la minería y la investigación del litio, las empresas estatales Cannabis Avatara (CANNAVA SE) y Jujuy Energía y Minería (JEMSE), y currículas con la educación ambiental como saber transversal, entre otras.

Rizzotti enumeró esos avances mencionados en su iniciativa. Sobre energías renovables, compartió que «Jujuy le brinda al país tener la planta de energía solar fotovoltaica más grande de Sudamérica en Cauchari, que inyecta energía limpia para 160.000 hogares al sistema interconectado nacional. Cuatro pueblos de la puna, en el extremo norte argentino y que sólo disponían de electricidad por horas, apagaron sus ruidosas y contaminantes usinas a gas y hoy tienen energía las 24 horas, todo el año, gracias a sus parques solares y almacenamiento en baterías de ion-litio. Un plan para 33 escuelas rurales logró que hoy cuatro tengan parques solares, y las demás viven sus procesos de adecuación tecnológica. Con marco que regula la relación con la empresa distribuidora por la generación distribuida, dos establecimientos secundarios se abastecen con energía solar y suben excedente a la red convencional, como también hay edificios públicos en igual camino. Y en el campo jujeño hay boyeros solares autónomos que acompañan la producción agroganadera».

En cuanto a eficiencia en viviendas sociales, el diputado contó que «Argentina ya tiene en Jujuy viviendas eficientes energéticamente, con medidas pasivas específicas desde su construcción para las regiones climáticas de Valles, Puna y Yungas (selva de montaña), en las que se están midiendo ahorros en gas, agua y electricidad, lo que construye conocimiento para políticas habitacionales».

 «El programa «Jujuy Verde. Carbono Neutral 2050» es otra política paradigmática: sectores sociales, económicos y ambientales se integraron en estrategias y acciones y se institucionalizó el abordaje del cambio climático como política de Estado a mediano y largo plazo». «GIRSU Jujuy, también Sociedad del Estado, generó infraestructura y relaciones productivas que hoy brinda trabajo digno a quienes antes sobrevivían en los basurales, entre otras acciones que empiezan a resolver la problemática histórica de los residuos», sumó Rizzotti.

«Y los desarrollos en la producción e investigación de litio y su valor agregado, con la injerencia del Estado a través de JEMSE, así como los desarrollos de CANNAVA, la primera empresa estatal del país que cultiva y procesa cannabis para obtener derivados medicinales, le abrieron a la Argentina camino para dos de los mercados más crecientes en el mundo actualmente: el almacenamiento de energía en baterías de litio, la electromovilidad y la producción de cannabis; en ambas empresas, las prácticas productivas son planteadas y monitoreadas en clave de sostenibilidad», destacó.

La iniciativa, compartió asimismo Rizzotti, cierra sus fundamentos con «un llamado al país para reconocer a la columna andina del país como un espacio de saberes y prácticas que empezamos a recuperar para el buen vivir, por una conciencia global creciente que precisa espacio en las políticas públicas».