Una de las claves para el crecimiento personal, y el consecuente éxito, prosperidad y abundancia que le siguen, está directamente relacionada con nuestra disposición a salir de nuestra «Zona de Comodidad».
Nuestra «Zona de Comodidad» es donde nos sentimos más cómodos en lo que hacemos en nuestra vida, nuestro trabajo y nuestras experiencias. Es esa sensación carente de ansiedad y del sentido del riesgo. Podría definirse como «Sentirse Cómodo», pero a la vez podría convertirnos en esclavos de la rutina.
Tal vez se pregunte, ¿Cómo podemos sentirnos cómodos, y ser esclavos de la rutina a la vez?; pudiera parecer contradictorio, pero no lo es, sobre todo si consideramos que esa comodidad que sentimos proviene precisamente de lo predecible que se ha vuelto nuestra vida, por haberse convertido en rutinaria. ¿Suena aburrido?, tal vez, pero…
¿Cuándo fue la última vez que se aburrió mientras se sentía cómodo?
El sentirnos cómodos tiende a crear un falso sentido de bienestar y seguridad, en el cual encontramos justificación para evitar todo lo que se encuentre un paso más allá de lo que consideramos es la frontera de nuestra zona de comodidad. Esto último podría limitar severamente nuestro crecimiento personal. Las zonas de comodidad tienen fronteras, cuando las cruzamos nos sentimos incómodos. Cualquier cosa o persona que nos haga sentir incómodos de alguna manera traspasa nuestra zona de comodidad, nuestras barreras, nuestros límites.
Estas zonas no definen lo que es bueno o malo, conveniente o no, positivo o negativo, beneficioso o perjudicial, su único propósito de existencia es proteger nuestra comodidad personal.
Pueden variar radicalmente de una persona a otra, lo que para una persona es cómodo para otra pude resultar incómodo y viceversa. ¿Pueden esas zonas incluir estándares, prácticas, convicciones o comportamientos que se desvíen de lo socialmente aceptable?
Por supuesto que sí; así como también pueden excluirlas.
Las zonas de comodidad están definidas principalmente por las preferencias personales.
Al adoptar una actitud complaciente con nosotros mismos, y conformarnos con permanecer en nuestra zona de comodidad cediendo ante nuestras preferencias personales, limitamos nuestro proceso de crecimiento.
El permanecer demasiado tiempo en nuestra zona de comodidad nos acondiciona, y cuando intentamos algo nuevo nos sentimos incómodos, y frecuentemente nos retractamos antes de darnos la oportunidad de probarnos ante nuevas situaciones que podrían brindarnos experiencias enriquecedoras.
Si no estamos aprendiendo, probando nuevas cosas, y consecuentemente creciendo, nuestras habilidades y capacidad pudieran estar deteriorándose. Ese es el precio de la comodidad.
Tener una actitud positiva hacia el aprendizaje y el crecimiento es tal vez una de las características más resaltantes de las personas exitosas. Se trata de asumir la vida con una actitud de constante mejoramiento personal.
Esa actitud positiva no es accidental, las personas exitosas saben cómo crear y mantener actitudes y motivaciones positivas para sí mismas. Ellas no esperan que las cosas les sucedan, ellas llevan las riendas de sus vidas y voluntariamente crean cambios positivos.
Cualquier cambio necesariamente implica aprendizaje y viceversa. Son compañeros inseparables, no puede existir el uno sin el otro.
Al aprender cosas nuevas, nuestra consciencia se expande y nuestra realidad se modifica y ambas permiten manifestar un cambio.
Si aprendemos, cambiamos.
@gabrielaramirezcoach
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