Los Inventos de realidad virtual que se adelantaron décadas, asombrando a millones pero quedaron olvidados por falta de apoyo y financiación.
A lo largo de la historia, la realidad virtual capturó la imaginación de millones de personas, pero su desarrollo no es tan reciente como podría pensarse. Desde los primeros pasos en la década de 1950, existieron inventores que crearon dispositivos asombrosos que intentaban ofrecer experiencias inmersivas mucho antes de la llegada de las tecnologías actuales.
Hay dos inventos clave en la historia de la realidad virtual que revolucionaron la forma en que se percibía el entretenimiento: el Sensorama y la Máscara Telesférica. A pesar de sus innovaciones, ambos proyectos quedaron en el olvido, pero sus avances sentaron las bases de lo que hoy se conoce como realidad virtual.
Cómo era Sensorama y la máscara telesférica, los inventos de la realidad virtual del pasado
El Sensorama fue desarrollado en 1957 por Morton Heilig, este dispositivo no solo proyectaba películas en 3D, sino que también ofrecía una inmersión multisensorial. Era una especie de cabina cerrada donde el espectador se aislaba del mundo exterior para adentrarse en una experiencia visual y sensorial. Además de las imágenes, se podían sentir vibraciones, escuchar sonido estéreo y hasta oler ciertos aromas. Uno de los cortometrajes más famosos proyectados en esta máquina era un paseo en bicicleta por las bulliciosas calles de Manhattan, lo que daba al usuario la sensación de estar realmente allí.
Sin embargo, a pesar de su ingenioso diseño y la avanzada tecnología para su época, el Sensorama no logró captar la atención suficiente para masificarse. La falta de financiamiento y la dificultad de producirlo en grandes cantidades limitaron su éxito. En la actualidad, algunos modelos de este dispositivo aún pueden verse en museos, pero su impacto en la industria del entretenimiento quedó prácticamente olvidado.
Por otro lado, la Máscara Telesférica, patentada en 1960, fue otro invento impresionante de Heilig. Se trataba de un dispositivo portátil que proyectaba imágenes en 3D y sonido estéreo, creando una experiencia inmersiva para el usuario. Este casco puede considerarse como el precursor de las actuales gafas de realidad virtual. Aunque las primeras versiones eran incómodas y bastante pesadas en comparación con las modernas gafas OLED, su propuesta fue revolucionaria para la época, especialmente considerando que muchos países aún no contaban con televisión a color.
Lamentablemente, al igual que ocurrió con el Sensorama, la Máscara Telesférica no encontró el apoyo necesario para evolucionar. A pesar de su promesa, quedó relegada a un rincón de la historia, eclipsada por otras tecnologías más convencionales. Si las ideas de Heilig hubieran sido más valoradas y financiadas en su momento, es posible que hoy contáramos con tecnologías de realidad virtual mucho más avanzadas.
Estos inventos, que en su momento parecieron demasiado futuristas, abren el debate sobre cuántas innovaciones brillantes son ignoradas en la actualidad, solo por ser demasiado avanzadas para los estándares actuales. Quizás estamos retrasando el futuro de la realidad virtual sin siquiera saberlo.
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