febrero 5, 2025

El Partido Justicialista en Jujuy: Entre la Intervención y la Crisis de Representación

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El Partido Justicialista (PJ) distrito Jujuy atraviesa uno de los momentos más tensos y críticos de su historia.
Tras la intervención motorizada por el gobierno nacional y figuras como Cristina Kirchner, Aníbal Fernández y Gustavo Menéndez, el partido parece más fragmentado y desconectado de sus bases más que nunca. Las decisiones tomadas desde Buenos Aires, los padrinazgos impuestos, y la falta de transparencia en la organización de las elecciones internas han generado un profundo malestar en la militancia y en los más de 100.000 afiliados que ven cómo se toman decisiones que afectan al PJ jujeño sin consultarles.
El Manoseo de la intervención nacional
La intervención del PJ Jujuy, lejos de fortalecer la organización, evidenció el centralismo con el que se manejan las decisiones partidarias. Desde el primer momento, la conducción nacional impuso un calendario electoral que parecía más preocupado por garantizar las disputas internas de Buenos Aires que por atender las necesidades de un partido golpeado en la provincia.
La figura de Carolina Moisés, quien apoyó parcialmente la Ley Bases en el apartado del RIGI, impulsadas por el presidente Milei y luego jugó un papel ambiguo dentro del PJ, es vista por muchos como un síntoma del caos interno. Moisés primero rechazó las internas, luego las exigió, para finalmente postularse como la salvadora del partido en Jujuy, proponiendo una presidencia compartida con Leila Chaher, la candidata «bendecida» por Cristina Kirchner. Esta propuesta, considerada un intento desesperado de concentrar poder, no ha hecho más que fragmentar aún más a un partido que ya estaba herido.
¿Qué opinan los peronistas de Jujuy?
En las calles, la militancia y los afiliados del PJ se preguntan: ¿por qué todo se decide en un escritorio en Buenos Aires?.
El reclamo de elecciones libres y autónomas, sin padrinazgos ni presiones de figuras nacionales, crece con fuerza. Para los afiliados, el PJ no puede ser una herramienta para satisfacer ambiciones individuales ni un escenario de imposiciones externas. La falta de contacto de los interventores con las bases locales, y la imposición de candidaturas sin consenso, ha generado un fuerte sentimiento de desconexión.
Muchos militantes, dirigentes locales e incluso funcionarios se preguntan:
• ¿Qué lugar tienen los más de 100.000 afiliados en este esquema?
• ¿Qué representan estas maniobras políticas para la identidad del peronismo en Jujuy?
• ¿Por qué no se dejan elegir autoridades de manera libre, independiente y democrática?
• ¿Qué papel juega para los interventores la dirigencia que vino por varios años sosteniendo la estructura partidaria a pesar de las internas que buscaban adueñarse del poder dentro del PJ?
El Riesgo de una Fuga Masiva
La falta de respuestas claras y de un liderazgo local legítimo ha comenzado a generar efectos colaterales. Algunos dirigentes, cansados de la falta de rumbo, ya están trabajando en listas locales independientes o evaluando alianzas con frentes opositores. Estructuras como el Frente Amplio, Poder del Pueblo y demás, reflejan no solo el descontento, sino una posible pérdida de cohesión que amenaza con debilitar aún más al PJ en la provincia.
El anuncio de elecciones internas para marzo de 2025, aunque tardío, tampoco ha generado confianza en las bases, ya que hasta el momento no se conocen detalles claros ni un cronograma transparente. ¿Será una verdadera elección libre e independiente, o estará nuevamente condicionada por la influencia de Buenos Aires?
El Partido Justicialista en su encrucijada
El Partido Justicialista en Jujuy se encuentra en una encrucijada histórica. Por un lado, la intervención nacional ha debilitado las estructuras locales, generando desconfianza y malestar entre dirigentes y los afiliados. Por otro, las decisiones tomadas sin consultar a las bases han dejado al partido al borde de una fractura irreparable. Si el PJ no logra recuperar su autonomía en el poco tiempo que le queda antes de las elecciones provinciales y abrir espacios para la participación democrática de sus afiliados, ya corre con el riesgo de perder su relevancia como fuerza política en la provincia.
Los peronistas de Jujuy merecen respuestas claras y un partido que represente sus intereses y necesidades. El tiempo de los padrinazgos y las imposiciones debe terminar, y la prioridad debe ser reconstruir un PJ jujeño con legitimidad, representatividad y autonomía. La pregunta es: ¿Habrá voluntad de escuchar a las bases, o seguirán siendo meros espectadores de decisiones tomadas a cientos de kilómetros de distancia?
Las próximas elecciones en Jujuy pondrán las cosas en su lugar dentro del Partido Justicialista jujeño.