El Ciclón necesitaba un punto para clasificar a la próxima ronda de la Copa de la Liga, pero jugó un pésimo partido contra Racing, cayó 2-0 y quedó eliminado con una pésima imagen.
El fresco mediodía en el sur del conurbano se vivía con suma tensión por la definición de la Zona A de la Copa de la Liga, pero los oídos también estarían los partidos River-Aldosivi y Platense-Rosario Central, encuentros que podrían jugar un papel clave a la hora de la definición.
Racing y San Lorenzo iniciaron el partido con ataques desde los dos lados. Mientras el Ciclón buscaba alguna conexión entre Óscar Romero y Juan Ramírez, la Academia lo hacía por las bandas. Justamente con esa fórmula, el local golpeó primero y el marcador se abrió con un cabezazo de Tomás Chancalay tras un centro por izquierda.
Lejos de mostrar una respuesta contundente tras el gol, los dirigidos por Diego Dabove continuaron cediéndole la iniciativa a los locales con la simple intención de recuperar la pelota con un error no forzado y buscar contragolpes, que terminaban esfumándose en tres cuartos de cancha.
Darío Herrera bajó el telón del primer acto con el 1-0 abajo y, a pesar de alguna jugada aislada en la que la pelota pasó cerca, la esperanza de una clasificación se basaba solo en la diferencia de goles y en los resultados de otros juegos.
Cuando no se podía pensar que el panorama sería peor, la segunda mitad empezó de manera catastrófica. Sacando desde el medio, el equpo de Juan Antonio Pizzi ideó una jugada que durmió a todo CASLA y con tan solo 30 segundos el resultado ya estaba 2-0 gracias a otro tanto de Chancalay.
Promediando el complemento, Diego Dabove decidió mover el banco para intentar encontrar alguna respuesta. Herrera fue el primer sacrificado en una tarde para el horror para que ingrese Víctor Salazar y luego Siro Rosané se vio obligado a salir para que Franco Troyansky ocupe un lugar más en la delantera. Las modificaciones dieron algo de aire, pero la impresición en tres cuartos de cancha seguía siendo muy alta.
En un estado de desesperación absoluta, y con la presencia en el campo de Franco Di Santo -volvía de su lesión-, las ocasiones llegaron sobre el final con un cabezazo de Diego Braghieri y otro de Troyansky que se estrelló en el travesaño fueron las más claras, pero de nada sirvió.
El pitazo final se escuchó en el Cilindro de Avellaneda y San Lorenzo quedó eliminado de la Copa de la Liga de manera paupérrima y preocupante. Los próximos días serán claves para la reestructuración, sabiendo que solo queda esperar por un milagro para tener una mínima chance en la Copa Sudamericana. Mientras tanto, la situación de Diego Dabove será el eje central a resolver
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