La vedette y cantante, recordada por su versión de «La Güera Salome», partió tras batallar con un cáncer broncopulmonar y con su salud muy deteriorada.
La cantante de música tropical Delia Crucet, conocida artísticamente como Lía Crucet, falleció esta mañana a los 72 años tras batallar con un cáncer broncopulmonar.
A fines de 2021 fue trasladada a un geriátrico en la ciudad de Mar del Plata y en marzo de 2022 debió ser intervenida a raíz de una cirugía anterior.
Si bien su familia más cercana contó que Lía estaba bien psicológicamente, el 2021 fue uno de sus años más difíciles a nivel físico.
La cantante sufrió un accidente doméstico en el cual se quebró la cadera, padeció una neumonía, bajó 60 kilos y tuvo una perdida parcial de pelo.
Su carrera: de la revista a la cumbia
Lía Crucet fue una cantante y vedette argentina conocida por su papel destacado en la música tropical y el cuarteto. Nació el 8 de agosto de 1952 en Gerli, Buenos Aires. A lo largo de su carrera, se convirtió en un ícono de la movida tropical, con canciones memorables como «La Güera Salome» y «Que Bello».
Sus inicios en los medios fueron a través de los teatros de revista y la televisión, pero no fue hasta los años 80 que decidió dedicarse a la música. La artista subió a las tablas por primera vez en José C. Paz, en el boliche Tornado. Corría 1988 cuando lanzó su primer hit, «Yo no soy abusadora». Quizás, hace algunas décadas, el feminismo no estaba tan marcado como en la actualidad, sin embargo Lía habló de cómo una mujer erradica de su vida, a un hombre que no la valora y le cantó a su ex marido en el video clip.
No obstante, su segundo álbum, «La Movidita», la consagró como la número uno de la movida tropical. Lía cantó desde fines de los ’80. En una época en que el feminismo no tenía la repercusión actual, la intérprete al liderazgo femenino sin competir con sus colegas. Con una imagen exuberante, desbordó de sensualidad los escenarios de la bailanta.
Su última imagen no hace juicio a la exuberancia con que acostumbraba a su público. Lejos de los flecos, los vestidos al cuerpo y ese meneo básico que conquistó a un país, Lía envejeció con un cuadro de demencia frontotemporal. Sin embargo, su amiga y colega Gladys, «La bomba tucumana» se ve en la imagen a su lado, mientras le da un beso en la mejilla.
«Ya la cumbia comenzó, hay que mover los pies, pero miren quién llegó, la güera Salomé»: una estrofa que siempre tendrá su lugar en cualquier fiesta, aunque su autora ya no esté.
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